domingo, 21 de octubre de 2012

Tutumba

Querés símbolos?
Tenés que buscarlos, es así.
Día de la madre y la motivación de saludar que te sale de las entrañas.
No hay más remedio que ir al cementerio.
Te parece que su tumba esta más lejos de lo que te acordas, pero esta ahí nomas.
Giras un rato en vano buscándola.
La encontrás y se te caen las lágrimas... bue... eso es lo que se tenía ganas de hacer, llorar un toque, sacarse la angustia liquidamente mientras le atás un angelito en la cruz.
Buscas la de tu abuela, porque para eso ibas también y no la encontrás para nada y cruzas todo el predio hasta la administración, te atienden rebien, acorde al dolor del público que tienen que atender, pero tampoco la encuentran.
Volvés y siguiendo la prehistórica memoria encontrás la de tu bisabuela y el tío jóven que nunca conociste pero inspiro tus lecturas adolescentes, le dejas la flor que llevabas para su hija y al final se te cae otra lágrima.
Tumbas pobres coloridas y floridas, banderas de Boca, figuritas del Lobo y del Pincha, molinetes, muñequitos, estampitas, gente rezando y tomando coca, casi una fiesta.
Las de lo ricos prolijas, lúgubres, frías, negras, solas.
Ni una flor, pero seguro las herencias han sido destripadas.
Los muertos están solos en el cementerio, son tristes las lápidas sin flores, pero una flor no dura nada y aún así ponerla te da no se que de satisfacción, como si hubieses hecho algo importantísimo.
Dan impresión los pozos a la espera.
Se contagian los sollozos de los desconocidos.
Los empleados tienen la actitud de estar trabajando en una oficina lejísima de lo que a los mortales nos provoca.
Cuando empezamos a enterrar a los muertos dejamos de ser animales lo que fue un error terrible.
Mejor no pensar, pero hay que acordarse que hay lugar para todos ahora mismo.


Hoy se me había ocurrido un poema recopado pero me lo olvide mientras dormía la siesta parece, mejor.