miércoles, 12 de mayo de 2010

La justicia es ciega y la libertad es renga

Al ser una persona afortunada tengo la fortuna de tener amigos que me inspiran. Me tiran frases del estilo "la vida es la excepción" y me quedo todo el día pensando.
Amigos que no tienen distancias ni fronteras de ningún tipo y que habitan debajo del esternón un toque a la izquierda.
La justicia y la libertad son dos cosas, no se la palabra que engloba cosas como la bondad o la belleza (lo mio en el fondo es la ciencia) que están en la misma bolsa de gatos arañandose por predominar una sobre la otra.
(...Interrumpida por un rato donde termine juntando pañuelos descartables embebidos por las lágrimas de mi propia sangre lo que me inspiro mas... la sincronicidad...es así)
La justicia da permisos o encierra, te hace pagar o te premia. La macana es que la justicia la tienen los demás.
La libertad te hace ser uno, la libertad es de uno.
Son dos capacidades humanas, ahí esta la palabra que no me salía, discapacitadas con privilegios como corresponde por ley. El ciego tiene el de tener su propia forma de leer y el rengo de transitar con la mayor comodidad posible.
La ceguera de la justicia la hace actuar a tientas como un humano que no puede ver, toca de oído por lo que le cuentan las partes, mide mentiras y verdades para emitir su justo juicio inapelable.
La renguez de la libertad no le impide caminar, camina coja, un paso es mas largo que el otro, las articulaciones no tienen la flexibilidad adecuada para esquivar ágilmente los escollos.
La justicia tiene en la mano una balanza para equilibrar, decide el equilibrio, saca un poco de un plato y lo pone en el otro. Todo el tiempo le están sacando de uno para agregar al otro y su atención debe ser constante.
No ve, ahí esta su diversión, sopesar la balanza es un trabajo que requiere pulso ágil.

La libertad tiene un seno descubierto, como que quisiese amamantarnos mas que seducirnos. Nos guia con su seno enfriándose hacia nosotros mismos. El objetivo de la libertad es el nuestro.
Es renga, chueca, fane y decangayada sale de madrugada de los cabarets sin medir los peligros, porque sabe que no hay ningún peligro si se es libre con uno y no se le hace mal a nadie incluido uno.

La justicia la tienen los demás con uno, la libertad te hace ser uno.
El libre se juzga bien a si mismo ciegamente y con pasos desequilibrados.


Mucho pensamiento concluidor diría algún filosofo.

1 comentario:

  1. Hoy la justicia municipal juzgo a mi auto por pasar un semaforo en rojo, las pruebas dictaminaron que yo no fui, pero el verdadero infractor camina libre por las calles

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