jueves, 10 de febrero de 2011

Redondo

Los círculos se empiezan a trazar primero apoyando la punta del compás habiendo preestablecido el radio. La elección certera del centro determina el resto de los puntos.

Se pueden trazar horizontales, verticales o con cualquier ángulo en el espacio.
El sentido horario o antihorario no importa porque dependerá si se mira de arriba o de abajo.
Si se tienen muchos compases se pueden trazar varios círculos al mismo tiempo.
No se pueden trazar círculos concéntricos a la vez con el mismo compás. Hay que trazar uno, cambiar el radio abriendo o cerrando el compás y trazar el siguiente.
No cerrar un circulo empezado es angustiante, a veces el compás se atasca y no se desliza en la superficie a dibujar.
Círculos en el papel, en el agua, en el aire o en la arena.
Cada uno tiene su propia durabilidad.
El circulo de fuego trazado con combustible ardiendo que contiene las bestias afuera.

Volver al punto donde empezó un circulo es ver el punto de partida desde atrás y apreciar el imperceptible cambio de orientación en cada punto para mantener la curvatura perfecta que desemboca la linea en su origen.

Cuando se esta por cerrar el circulo se genera una incertidumbre por saber si coincidirá con el punto de partida, si no fue firme el pulso en el trazado se convertirá en un espiral excentrico o concéntrico, y aquello que estaba planeado perfecto se extenderá al infinito eternamente sin poder concluirse.


No... si cuando uno quiere divertirse barato hasta la geometría sirve.

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