jueves, 1 de septiembre de 2011

The contest unpluged

La competitividad y esas cosas.
Lucirse ante los demás.
Ser admirado.
La mayoría delas veces se hace algo por ese único fin.
Ser visto.
Ser reconocido.
Ser aplaudido.
Uf! Que humillación.
Molestar a los demás estrellándole los talentos propios en la cara sin que siquiera les interese.
Los talentos hay que mostrarlos en el momento justo.
Si sabes tocar el piano hay que hacerlo sonar cuando se está solo, cuando alguien lo pide u observar el momento en que haga falta. Imponer la sonoridad a las conversaciones ajenas es de terrible gusto.
Hay un hilo al que se aferra la voluntad que consiste en hacer cosas para medirse con otros.
Establecer una unidad para determinar que se es mejor, una vara medidora que me compare y me ubiquen la escala de la mejoridad.
Lo notable es que se busca constantemente el puntaje la referencia.
Los premios emocionan, satisfacen a todos
Los premios garpan.
Nada denota más mediocridad que tratar de encontrar una cuantificación talentosa.

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