jueves, 19 de julio de 2012

Stop reading

Me sale todo el mundo al cruce cuando digo que hay que evitar la lectura como si pronunciara una herejía en tiempos de la inquisición.
Es así.
Parecería que los libros son algo sagrado y santo, que cualquier cosa que se copio en papel y logro venderse es algo que merece reverencia.
Pamplinas.
La literatura es una perdida de tiempo. Mirar películas también.
Mal.
Puede servir para llenar tiempos muertos como la convalecencia o un viaje en metro, siempre y cuando se viaje en subte todos los días y haya perdido el encanto por la rutina.
Historias ajenas, extrañas que en el mejor de los casos le pasaron a alguien y en la mayoría a nadie.
La información compactada esta buena, pero las novelas... mon dieu!
El asunto es que de alguna manera, quien sabe como, los libros lograron un lugar de privilegio en la cultura.
Es halo de sacralidad a la palabra escrita, me desquicia!
Me desquicia tener que contribuir a lo politicamente correcto de apoyar la lectura.
Me saca mal!
Participar  sin querer de ese fascismo de publicitar las palabras de aquellos que quien sabe como lograron imprimirlas.
Es mejor Homero que tuvo un caligrafo más diestro que su competidor analfabeto?
No sé.
Quíen sabe?
Por otra parte hay un montón de tiempo de vida que se desperdicia leyendo, un montón de tiempo que se podría aprovechar experimentando en carne propia.
No sé.
Dejo esto anotado porque luego me olvido que es lo que tengo que decir a la hora de defenderme de la intelectualidad mal entendida que pugna por acorralarme con eslogans trillados.

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