sábado, 12 de marzo de 2011

En el medio

El tema es así, uno va a las reuniones familiares y le agarran como unas ganas de no ir antes, al final se termina yendo, siempre se cae.
Se la pasa bien con quienes se conoce desde hace mucho, pero hay una incomodidad, una incomodidad.
No se.
Estar en el punto medio, ahí donde la mitad de las personas en la fiesta es menor que vos, una tercera parte es como vos y el resto es mayor que vos es incomodo.
La incomodidad de tener la manija.
Eso de tener el poder de resolución, el permiso a otorgar, la autorización, la experiencia y la fuerza justa para poder hacer todo con eficiencia es incomodo.
Muy incomodo.
Ver a la gente con esfuerzos hercúleos por mantener su belleza con la misma inutilidad con que intenta que la gravedad no altere la adiposidad glandular es incomodo.
Tener tres o cuatro generaciones representadas en forma tridimensional, escalofríante.
Pasado, presente y futuro ejemplificado con la misma cara que se transformo de la belleza mejor lograda a la decripitud mas marchita.
Encontrar en los propios padres y abuelos la misma nariz cada vez mas encorvada hacia al suelo e imaginar la propia en el mismo recorrido.
Sentir las piernas resistentes pero verlas menos ágiles que las de los que juegan a las escondidas atrás de la cortina.
Antes y despúes y uno en el medio, el lugar con menos posibilidades de escape.
Si uno sufre de fobia al encierro esta al horno.
- Si algún día me ves así me metes en un geriatrico.
- Bueno. Me dijo y me quede mas tranquila.

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