domingo, 22 de mayo de 2011

Cuerpos de otoño. La pasificación.

Lograr paz es una cosa y hacerse pasa es otra aunque las dos sean cosas que vienen con el tiempo.
Temina el verano y no se consumen todos los frutos.
Los que quedan se transforman en pasas.
Se desidrata la lozanez veraniega y se reconcentra la esencia en el otoño.
La piel queda grande como los globos que sobraron colgados de la fiesta de cumpleaños despues que paso una semana.
Pachuchos, flácidos.
Hay que estirarlos para ver lo que eran en su origen.
Si miras con atención las pasas podes decifrar que eran.
Conservan su color, sus semillas, su olor y su sabor inicial un poquito acidificado.
Pasas de uva, pasas de ciruela, pasas de durazno, pasas de peras y hasta de tomate.
Con las pasas podes recrear el verano siempre.
Chocolate con pasas, budín con pasas, empanadas con pasas.
Hay desubicados que las extirpan groseramente dejándolas al costadito del plato con desprecio.
El buen entendedor las pide cortésmente diciendo: Si no las querés dámelas.
Son casi como una golosina.
Si pasas el verano y queres pasar el invierno tenes que desidratarte en el otoño, para eso esta puesto en el calendario.

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