sábado, 19 de junio de 2010

La vida es finita.

Es así.

La revelación mas devastadora y elevadora de todas.

Mirarla de frente por primera vez es mirar el sol y la oscuridad a la vez.
Subir y bajar al mismo tiempo.
Amar haber nacido y odiar tener que morir simultaneamente.
Tragarse un chocolate relleno con acibar donde en cada mordisco de masticación se revelan nuevos amargores y dulzuras.

Flasheada la vista, desestabilizada la ascensión, el corazón infartado y la lengua... bueno... la lengua se asquea y escupe verdades.

Hay que aguantarse la noticia, puf! Tanta información... guarda...

La mente inteligente asimila dato y se tranquiliza.

Para ciertos caminos de altura es bueno tener una cantinplora de sentido del humor mas que nada porque es una ruta solitaria donde no se enganchan radios que te entretengan.

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